El Respeto
Respeto Significa valorar a los demás, acatar su autoridad y considerar su dignidad. El respeto se acoge siempre a la verdad; no tolera bajo ninguna circunstancia la mentira, y repugna la calumnia y el engaño. El respeto exige un trato amable y cortes; el respeto es la esencia de las relaciones humanas, de la vida en comunidad, del trabajo en equipo, de la vida conyugal, de cualquier relación interpersonal. El respeto es garantía de transparencia. El respeto crea un ambiente de seguridad y cordialidad; permite la aceptación de las limitaciones ajenas y el reconocimiento de las virtudes de los demás. Evita las ofensas y las ironías; no deja que la violencia se convierta en el medio para imponer criterios. El respeto conoce la autonomía de cada ser humano y acepta complacido el derecho a ser diferente. El respeto a las personas es una aceptación y valoración positiva del otro por ser persona. Lleva consigo una aceptación incondicional de la persona tal y como es. Es decir, una aceptación sincera de sus cualidades, actitudes y opiniones; una comprensión de sus defectos. En el plano humano, el respeto a las personas implica no considerarse superior a nadie.
El Respeto
El respeto es un valor muy importante para nuestra convivencia en familia y en sociedad. Es indispensable para vivir en paz, armonía y unidad con Dios y el hombre. A medida que en el mundo se relaja y hasta se pierde, nosotros en nuestra casa debemos recobrarlo. Debemos enseñar a nuestros hijos lo importante que es el respeto a Dios y nuestro prójimo. Esta enseñanza debe darse desde sus primeros años de vida y la mejor forma de hacerlo es que ellos sean testigos de nuestra conducta respetuosa hacia Dios y hacia nuestro prójimo, incluidos ellos. Recordemos lo que la Biblia dice con respecto a la educación de nuestros hijos:
Proverbios 22:6 Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.